Aurora Campero es presidenta del Corporativo Campero, uno de los conglomerados más importantes del país. Jezabel Campero es astuta y manipuladora y, junto a su hermana, Aurora, maneja la empresa heredada de su padre. Su único objetivo en la vida es destruir a su hermana. Esta rivalidad se remonta a la muerte de la madre de ambas, cuando vivían en el pintoresco pueblo de Las Flores.

Después del nacimiento de Aurora, Jezabel siempre sintió una competencia por el amor de su padre, Don Miguel Campero. Don Miguel era un hombre tradicionalista, rígido e intransigente cuya forma de demostrar amor era a través de reglas estrictas y ejerciendo su machismo, ya que su esposa no pudo darle hijos varones.

La vida de la familia Campero comienza a cambiar cuando Aurora se compromete con Antonio Murrieta, un joven de gran corazón que la ama por sobre todas las cosas. Jezabel, al ver la felicidad de su hermana, siente una tormenta de celos, envidias y terribles pensamientos, al grado de planear lo impensable.

Jezabel descubre que Juventino Macías, un albañil que trabaja en la mansión Campero, muestra interés en su hermana. Ella lo manipula y le hace creer que Aurora lo estará esperando a solas en la casa en construcción que Antonio está preparando para su prometida en las afueras de la ciudad. Aurora, ignorando el terrible plan de su hermana y pensando que verá a su prometido, se encuentra con Juventino, quien le arruina la vida por completo.